En la actualidad, a pesar de que es un proceso que lleva
modificando las reglas del juego desde el siglo XVIII, la globalización es un
concepto tan complejo que resultaría difícil encontrar una definición homogénea
y consensuada de lo que significa. La realidad es que la definición de globalización
se construye con base en los fines a los que se pretende llegar.
La globalización dentro de las labores de un internacionalista
se comprende como un proceso de integración e interacción dentro del cual las
fronteras nacionales no son limitantes en la relación entre aspectos
económicos, políticos, sociales, financieras, industriales, culturales y de
cualquier otra categoría imaginable. Dentro de esto, también debe entenderse
que dicho intercambio o flujo no se limita a la acción de los Estados, sino que
existen múltiples actores implicados, privados o públicos, que enriquecen y hacen
más complejas a las conexiones resultantes.
No es intención de este escrito el negar la existencia de
los riesgos que se corren dentro de un sistema interdependiente. Dentro del
espectro de la economía, uno de los más citados dentro de los discursos sobre
la desigualdad que la globalización origina, existen ciertas desventajas y aspectos
que pueden originar caos. Uno de ellos es la volatilidad de los precios, que
dependen no solo de la oferta y demanda de bienes y servicios, sino del entorno
político, social, etc. del lugar en el que el mercado opera. También existe el
efecto contagio. Esas complejas redes originadas de la constante interacción
hacen más fácil el que una crisis pueda afectar en diferente medida a todos los
nodos que la conectan. De igual forma, puede darse el caso de una
sobreproducción y, efectivamente, el incremento en la igualdad distributiva en
el que existe cierta tendencia a que los ricos se hagan más ricos y los pobres,
más pobres.
Aunque nada funciona de manera idílica, se debe reconocer
que la globalización también trae ciertos beneficios. El proceso de
globalización plantea la oportunidad de mejorar las condiciones de acceso a los
mercados que anteriormente se hallaban fragmentados o cerrados. El que se
puedan acceder a más mercados, implica también un mayor acceso a diferentes
fuentes de financiamiento, muchas de ellas más baratas que aquellas provenientes
de un sistema cerrado.
Resulta preocupante escuchar que un país no necesita de la
inversión extranjera para crecer, que con los recursos internos bastan para
lograr el desarrollo. Lo cierto es que, tal y como lo explica Gil Recanses
(2017) en su artículo para El Financiero, un país necesita de cierto capital para
crecer y generar empleos. El sector público, aquel que genera los programas
sociales y subsidios para la población, no puede abastecerse por sí solo. En
este caso se tienen dos opciones, o incrementas los impuestos o buscas
financiamiento en otro lado. Gracias a Tratados de Libre Comercio, como el
afamado TLCAN, México ha podido acceder a distintas fuentes de financiamiento a
través de la inversión extranjera directa (IED), evitando así el poco popular
recurso de aumentar el IVA.
Pero no solo los gobiernos se benefician de esto, también
los privados reciben inversión en sus empresas y contribuyen a la generación de
empleo que tanto preocupa en los datos macro, y no cualquier empleo, sino uno
que requiera mano de obra calificada.
Además de esto, existen ciertos sectores de producción
nacional que se benefician de los bajos aranceles, como el textil, el
automotriz y el agropecuario. Si esta parte del proceso de globalización se eliminara,
tal y como se amenazó en el discurso populista de Trump ¿Qué pasaría con dichos
sectores y con los que dependen de ellos? (El Financiero, 2018).
Entonces, si es tan benéfica la globalización ¿por qué la
situación social en México no mejora? Lo cierto es que México tiene problemas
más grandes en la distribución de los ingresos, y no necesariamente provienen
del libre comercio, si no que se originan de fallas estructurales. Hay
crecimiento económico, el problema es que el bienestar no incrementa en los
sectores más pobres; peor eso no es culpa de la globalización, eso tiene que
ver con problemas como la corrupción y el manejo de las finanzas.
Este tipo de cuestiones deben ser resueltas; no obstante, en
la opinión de quien suscribe, esto no va a solucionarse culpando a la globalización y
al libre mercado, al contrario, resulta cruel usarlo como medio para la
atracción de votos.
Referencias
El Financiero. (26 de enero de 2018). Si se acaba el
TLCAN, estos sectores mexicanos serían los más afectados. El Financiero.
Obtenido de
http://www.elfinanciero.com.mx/economia/si-se-acaba-el-tlcan-estos-productos-mexicanos-serian-los-mas-afectados.html
Gil Recanses, A. (31 de
agosto de 2017). ¿Y las inversiones? El Financiero. Obtenido de
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/y-las-inversiones.html
Comentarios
Publicar un comentario